Más del 40% de la madera talada industrialmente en el mundo se utiliza para la producción de papel. Una gran parte de ella procede de las selvas y bosques vírgenes. Sabemos que este porcentaje podría ser mucho menor si los habitantes de los países desarrollados ahorrásemos papel y utilizáramos más papel reciclado. En principio existen dos tipos de papel: el llamado de fibra virgen y el reciclado o “amigo del medio ambiente”.15 Como su propio nombre indica, el papel de fibra virgen se fabrica a partir de celulosa, es decir, de madera fresca. Por el contrario, el papel reciclado se produce a partir de papel usado o, según el tipo, de una mezcla de “celulosa fresca” y papel usado. En nuestro país, la demanda de madera para la fibra virgen es muy alta. Utilizamos demasiado papel y consumimos poco papel reciclado. Tal vez podríamos invertir esta tendencia si conociéramos de dóproviene la madera utilizada y cómo se adquirió.
El problema principal de la producción de papel proviene de la explotación abusiva de los bosques.
Bosques con miles de años de antigüedad son destrozados por talas, incendios y las llamadas cosechadoras gigantescas “máquinas leñadoras” que dejan detrás un paisaje lunar desolado. La industria maderera se defiende respondiendo que tras la tala se realizan repoblaciones. Sin embargo, en la mayoría de los casos tales repoblaciones son monocultivos. En las zonas roturadas se plantan árboles de crecimiento rápido, como los eucaliptos, que, desgraciadamente, no son capaces de sustituir a los Bosques Primarios de miles de años. La pérdida de biodiversidad no es, normalmente, el único problema. El suelo de las nuevas plantaciones
Esto es la biodiversidad |
se erosiona más y es arrastrado por el agua de lluvia. Además, las plagas encuentran verdaderos paraísos en los monocultivos: estos bosques, para crecer y desarrollarse, necesitan ser rociados con grandes cantidades de insecticidas. Los productos químicos contaminan el suelo, las aguas subterráneas y, con ello, a los animales y seres humanos de la zona. Algunos ejemplos: Canadá ocupa el segundo lugar de los países con más superficie forestal del mundo. En la costa oeste se encuentra el tipo de bosque más amenazado: los bosques templados del Pacífico canadiense. Allí crecen fascinantes Bosques Primarios con árboles gigantes de más de 1.000 años de antigüedad y hasta 100 metros de altura.
Pues bien, Canadá es uno de los grandes exportadores de celulosa y papel y, a cambio de beneficios rápidos, destruye sus Bosques Primarios en zonas deforestadas. Por otro lado, Siberia alberga la cuarta parte de los últimos Bosques Primarios: 3,5 millones de kilómetros cuadrados, casi 7 veces la superficie de España. Pero también los bosques de Siberia, o los de Carelia y Alaska terminan en fábricas de papel. Y con ello, convertidos en folios y cuartillas o papel higiénico en la escuela, o como brillantes revistas en el kiosco. No sólo los gigantes bosques de la zona norte de la Tierra son víctimas de esta demanda de papel en el mundo. También sucede en los trópicos. A menudo se oye que sólo un porcentaje de la madera usada en la fabricación del papel proviene de la tala de bosques tropicales. Detrás de ello se esconde una astuta forma de disfrazar las cosas: las selvas tropicales son taladas y sustituidas por monocultivos de crecimiento rápido. En el mercado mundial del papel, la madera procedente de estas plantaciones asciende al 29%. En realidad, no se cuenta como madera tropical aunque detrás de esto hayan quedado las selvas destrozadas.
Esto es un bosque primario |
En este vídeo se fabrican muebles de madera
FUENTE: Un paseo didáctico por los Bosques Primarios de Greenpeace